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Cómo trabajaremos después de la pandemia

La crisis de la Covid-19 obligará a muchas personas a reinventarse laboralmente para acceder a un nuevo puesto de trabajo.
La irrupción del coronavirus en nuestras vidas lo ha cambiado todo, incluido el panorama laboral. De un día para otro muchas grandes, medianas y pequeñas empresas se han visto obligadas a cerrar sus puertas y a implantar el teletrabajo, a toda prisa. Además, esto afecta a otros aspectos del mercado de trabajo, especialmente en un aumento de la precariedad. Muchos trabajadores y empresarios se han visto afectados por Ertes, despidos o negocios paralizados. Esto apunta a que el teletrabajo no es una opción, ha venido para quedarse.
El teletrabajo formará parte de la nueva normalidad tras la pandemia. Según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) de antes de la crisis de la COVID, solo 800.000 personas trabajaban desde casa al menos una vez por semana, lo que significa menos del 5% de la población ocupada.
Algunos de los motivos que convierten al teletrabajo en un modelo central:
1. Es el modelo compatible con la gestión del resto de áreas de la vida en la desescalada. Ningún otro modelo permite trabajar con los niños en casa y los abuelos quedan descartados como cuidadores.
2. Permite salvaguardar la salud del trabajador, minimizando los riesgos que comportan algunos aspectos como el transporte público o reduciendo al mínimo la interacción social.
3. Permite a las empresas mantener estructuras más ligeras de costes.
4. La calidad de trabajo. Después de más sesenta días de confinamiento hemos aumentado nuestra capacidad productiva, pues ya hemos sobrevivido al período de adaptación.
¿Cómo podemos teletrabajar con más efectividad y menos estrés?
Algunas recomendaciones son:
1. Autoconocimiento. Aprovecha para conocerte, identificar fortalezas y puntos de mejora. Saber quién eres te desvelará de qué eres capaz.
2. Inestabilidad afectiva: Estos días las emociones intensas se suceden. A veces, sentimos el vértigo de subir y bajar. Acepta cualquier estado emocional que identifiques, por desagradable que se sienta. Aceptar es el primer paso para transformar.
3. Cuida el lenguaje: Relacionarse a través de la pantalla desvela la importancia de la comunicación. Expresa lo que deseas, cuidando también a tu interlocutor. La comunicación asertiva es clave.
4. Patrones mentales: Tú mente será tu aliada si sabes relacionarte con ella en armonía y equilibrio. Respira conscientemente para relajar el cuerpo y calmar la mente. La respiración es la base de una buena decisión.
5. Rutinas: Crea y pon en práctica tus propias rutinas en base a la información que has obtenido de tu autoconocimiento y tu situación particular. Las rutinas favorecen la satisfacción y la entereza.
6. Felicítate: Recuerda que has sabido llegar hasta dónde estás, has superado retos y dificultades y hoy tienes más recursos, de todo tipo, que el primer día de confinamiento. Puedes porque ya lo has hecho.
Adaptabilidad y liderazgo
El mercado laboral post-COVID va a ser el de las llamadas habilidades blandas, alguna de ellas son: la buena comunicación y organización, empatía, resiliencia, optimismo, Trabajo en equipo, puntualidad, pensamiento crítico, sociabilidad, ser creativo, habilidades interpersonales de comunicación, facilidad de adaptación y personalidad amigable.
Que profesiones podrían estar entre las más demandadas
Las profesiones relacionadas con el sector sanitario y el cuidado de los mayores deberían prestigiarse después de lo que hemos vivido. Por otro lado, desde el punto de vista de las empresas, en las crisis siempre se necesita gente con buena capacidad de venta y en marketing digital, además el sector logístico y de formación toman más preponderancia.
Para algunos pensadores el cambio es tan profundo que casi apunta hacia una transformación completa. No nos encontramos ya bajo el paradigma de la empresa industrial, ni siquiera digital nos dirigimos hacia la denominada empresa inteligente o colaborativa en la que el capital social y la inteligencia artificial se convierten en piezas clave para los propósitos organizacionales.
La adaptabilidad, flexibilizarnos, el autoaprendizaje, la capacidad de innovar, la creatividad, la comunicación, una adecuada gestión de competencias interculturales, y/o las capacidades analíticas entre otras serán los retos que tendremos que acometer todos como sociedad e individualmente como agentes activos de la misma.
Hay que reinventarse
¿Y qué hacer si nos hemos quedado sin trabajo o sin negocio y nos toca reinventarnos? trazar un plan de acción. ¿Por dónde empezar?
1. Crear una marca personal para diferenciarnos
Lo primero es hacer un análisis DAFO, (https://dafo.ipyme.org/Home), identificar nuestras fortalezas y describir cómo podrían ayudarnos en nuestro desempeño profesional. Lo mismo con las áreas de mejora, oportunidades y amenazas.
2. Preocuparnos por la empleabilidad
Hacer un estudio de benchmarking: tomar de referencia productos, servicios y procesos de empresas líderes del sector y compararlos con nuestra empresa para mejorarla. No se trata de copiar a la competencia sino de aprender y definir cómo podríamos aportar valor.
3. Generar ‘networking’
Es clave definir de forma estratégica nuestras redes profesionales. De hecho, estas se están convirtiendo en las principales fuentes de reclutamiento.
4. Prepararse
El primer paso para ello es diseñar un currículum atractivo. Muchos de los currículums que circulan hacia los responsables de Recursos Humanos ni están actualizados ni enfocados a destacar lo que nos diferencia del resto.
Adoptar medidas de mejora de la competitividad, como la formación. Actualmente existe una gran variedad de cursos online que podemos aprovechar.

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