Terapia online

Terapia de pareja
4 mayo, 2019

Por razones personales en 2016, tuve que mudarme cambiando mi residencia de La Plata, Buenos Aires, Argentina a Sabadell, Barcelona, España. En aquel entonces les propuse a mis pacientes continuar el proceso terapéutico por Skype. Reconozco que en ese momento tenía incertidumbre sobre cómo podrían evolucionar las terapias y, también una cierta reticencia. Lo probé una vez con un paciente, yo me encontraba en el consultorio de “la clínica Luminar” donde trabajaba en Argentina, y él estaba en su residencia en La Plata, mi primera experiencia fue sorprendente. Después de unos pocos minutos era una sesión cotidiana, para mí y para el paciente. No teníamos la sensación de que nos interfiriera nada, ese día la sesión fluía igual que de forma presencial, luego lo probé con otro, fui comprobando que en todos los casos que iba tratando no encontraba ninguna dificultad para mantener el vínculo mediante una videollamada, incluso en algunas ocasiones, los pacientes se sentían más cómodos en su casa que en el consultorio. Esto hizo que les preguntara como sentían ellos su experiencia de terapia online, las respuestas fueron diversas: algunos me dijeron que la sala de espera los ponía nerviosos, otros me dijeron que no tener que desplazarse hasta el consultorio y evitar el tráfico de la ciudad, les quitaba un peso de encima. Es decir, una serie de beneficios que, hasta ese momento no había contemplado. Como caso destacable, un paciente asperger adulto, muy tenaz y con mucho tesón, digno de admirar, había logrado desarrollarse y superar muchas dificultades a lo largo de su vida, pero su estrés y tensión con el contacto con otras personas era algo pendiente. Para mi sorpresa, la tensión y el estrés del encuentro por videollamada no era percibible. Él estaba en su casa, en su habitación, la sesión trascurría con normalidad, con un dialogo distendido. Es decir, por este medio, no percibía el mundo como amenazante.

En la actualidad al 40 % de los pacientes los atiendo vía online, a pesar de la distancia física y, paradójicamente, este sistema me permite tener más presencia en el seguimiento del proceso terapéutico.

En consecuencia, estos son algunos de los beneficios de la terapia online:

  • Posibilidad de asistir a psicoterapia sin desplazarse: no es sólo una opción cómoda, también es una posibilidad para aquellas personas que tengan dificultades de movilidad.
  • Puntualidad: Al no tener que desplazarnos es menos probable que surjan dificultades para iniciar la terapia en el horario establecido (no hay problemas de tráfico…)
  • Anonimato: al no tener que acudir a una consulta, evita el contacto con otras personas en la sala de espera, en la puerta de la consulta…
  • Intimidad: El anonimato también se relaciona con la intimidad, al sentirse más cómodo se comunica de forma más abierta, en su propio hogar la situación es menos amenazante.
  • No hay barreras geográficas
  • Menor coste
  • Horario flexible: adaptable al ritmo de vida del paciente.
  • Se pueden combinar sesiones presenciales y online: personas que deben desplazarse por motivos laborales pueden seguir su terapia.